Demonios y ángeles

En la terminología de Steiner, hay dos aspectos de lo que a menudo se describe como un ser único en la teología cristiana convencional. Estas son las figuras de Lucifer y Ahriman. Ahriman es la tendencia encarnada por el tradicional demonio con pezuñas que podría venirnos a la mente. Lucifer, por el contrario, es ese ángel de luz que cayó por negarse a obedecer a Dios. En el relato musulmán, el ángel Iblis rechazó la orden de Dios de inclinarse ante Adán. Iblis da la razón de que sólo debe inclinarse ante Dios, no ante un ser inferior, sin embargo es expulsado del cielo por su desobediencia. El poeta sufí Rumi considera que Iblis es un modelo paradójico para nosotros como seres humanos: no debemos inclinarnos ante nadie más que ante Dios.

Si consideramos la imagen de la serpiente, es el cinturón del tiempo introducido por la Caída. Es el ciclo del karma, la rueda aparentemente interminable de muerte y sufrimiento. Como escribe Valentin Tomberg en sus Meditaciones sobre el Tarot: Viajes en el hermetismo cristiano , publicadas póstumamente (y de forma anónima), la serpiente representa la herencia no redimida del pasado: los prejuicios de nuestra educación e incluso nuestros impulsos animales inferiores. Estos deben ser transmutados. Si simplemente nos entregamos a los instintos sombríos del pasado endurecido, eso es Ahriman. Si, por el contrario, nos entregamos a las ilusiones del futuro, ese es Lucifer. Casi se podría decir que Ahriman es la sombra de Lucifer.

En la filosofía de Aristóteles, el coraje como virtud es siempre un medio y un extremo . El coraje está entre los extremos de la cobardía (Ahriman) y la temeridad (Lucifer). Si imaginamos un triángulo equilátero, los dos puntos en la base están en los dos extremos dañinos de la cobardía y la temeridad y el tercer punto en la cima es el coraje. Esto se acerca a lo que Steiner quiere decir cuando habla del impulso crístico como si estuviera "entre" estos extremos unilaterales.

Para aquellos familiarizados con los villanos de El Señor de los Anillos de Tolkien, Sauron disuelve todo en una terrible conformidad triunfante, mientras que Saruman divide la luz en sus partes constituyentes y crea una raza de orcos genéticamente modificada. Saruman es Ahriman con una S agregada al frente. Sauron es Lucifer. Y el impulso crístico es defendido por la comunión, especialmente en la naturaleza sacrificial de Gandalf el Blanco.

El elemento equilibrador en este mundo, que supera a ambos, es el impulso Crístico que siempre trata de traer armonía a la falta de armonía, de sanar a los enfermos. En nuestros cuerpos, si nuestras arterias son demasiado Ahrimánicas, eso es arteriosclerosis. Si nuestro sistema circulatorio es demasiado blando, tiende a la necrosis, que es luciférica. Cuando Jesucristo dice "Yo soy el camino, la verdad y la vida", esto, para Steiner, no es simplemente una metáfora. En la agricultura biodinámica, se trata de devolver la vida al suelo, la vitalidad a la tierra muerta y la verdad donde hay falsedad. Steiner recuerda repetidamente a sus oyentes: "No crean lo que digo, piénsenlo ustedes mismos".

Como dice Goethe: "Sólo lo que es fructífero es verdadero".